Hasta siempre, mi Tití

[Telma]

Mi dulce Tití,

Hace dos semanas empezaban esos días tan difíciles, de tanto sufrimiento juntas, -cada una con un dolor distinto pero con el mismo motivo- que desencadenaría con nuestra despedida el domingo 19.
Perdoname por no haberte entendido, Tití. No me puedo perdonar no haberme dado cuenta antes de lo que pasaba en tu boquita, haber pensado que comías poco de mañera.
Perdoname también si no te ayudé a morir antes. si te obligué a sufrir más de lo que podías. Perdoname si en esto tampoco pude entenderte. Vos te merecías lo mejor de mí.
Durante mucho tiempo temí que un día tus riñoncitos empezaran a fallar. Me preocupaba pensando cómo te ayudaría el día que fueras viejita y tus huesitos te empezaran a doler. No llegaste a esto, no pudiste vivir lo suficiente. Lo que te llevó de mi lado, eso jamás lo sospeché.

Te extraño, mi Tití. Mi nena, mi reinita, mi cablecito a tierra, como te llamaba. Gracias por haberme elegido, por lo exclusivo de nuestra amistad. Mientras temías a todo el mundo (con justas razones, tenías una bala en la cadera y alguien te había pateado), te brindaste a mí incondicionalmente. En mí confiabas plenamente. No sabías por qué te daba dos pinchazos cada semana, ni por qué te hacía tomar un líquido desagradable cada noche, pero es claro que eso no cambiaba tu actitud ni tu cariño por mí, te dirías que algún buen motivo tendría.

Gracias por estos 10 años y 11 meses. Así, exactamente. Entraste a casa para quedarte un 19 de octubre, fecha que recuerdo por ser un aniversario triste para mí. Como si hubieras venido a probar, como decía esa hermosa persona que se fue ese día, que cuando se va una vida en la familia, llega una nueva.
Gracias, Tití, por haberme consolado cuando nadie más lo hacía. Por escucharme y esforzarte por entenderme. Por tu compañía. Por tu apoyo, venciendo tus miedos, ese día que tuve que comunicar una decisión tan difícil. Por esa patita sobre mi mano intentando suavizar mi tristeza. Por tus ronroneos y tus masajitos.
Por qué te fuiste tan pronto, mi chiquita? Soñaba con celebrar cosas juntas, con compartir nuestras vidas todavía varios años más. Por qué tuviste que tener una enfermedad tan cruel?

Me diste mucho, nunca dejaré de quererte. Espero que hayas tenido una vida feliz y que ese día hayas entendido que estaba ayudándote a morir en paz. Que, a pesar de esos pocos segundos en que te asustaste cuando viste a la veterinaria, te hayas ido tranquila, sabiéndome a tu lado, mordiendo mi dolor para ayudarte a irte en calma, con todo mi amor acompañándote hasta el último latido de tu corazoncito.

Va a ser difícil seguir sin vos, mi Tití. Gracias por haberme elegido y haberme hecho sentir tan querida.
Te extrañaré siempre.

[Telma]

Dos meses, ya, Tití. Todavía no me resigno a que una enfermedad tan cruel te haya llevado de mi lado. Te extraño cada día.