Cuando la vida llega a su término es perfectamente natural que nos sintamos devastados y llenos de dolor por la pérdida de un ser querido.
Nuestras queridas mascotas son un integrante más de la familia y a menudo son el único ‘familiar’ o amigo de personas que viven solas. Cuando nuestros animales mueren lo sentimos de una forma tan intensa que muchas veces es difícil de comprender para nosotros mismos, y prácticamente imposible para aquellas personas que jamás han tenido una mascota.
Sin embargo, cómo se maneja la muerte de un animalito es sumamente importante para minimizar el lógico dolor del momento y maximizar los buenos recuerdos, especialmente si hay niños en la casa.
¿Por qué eutanasia?
Una mascota puede morir de repente e inesperadamente en un accidente o por una enfermedad aguda y fulminanate, o puede morir de vejez, tranquila y silenciosamente mientras duerme. Pero también puede padecer una enfermedad terminal, incurable, y estar sufriendo innecesariamente – a cualquier edad. Es en estos casos en los que nos planteamos la posibilidad de la eutanasia.
¿Qué es la eutanasia?
La eutanasia es la terminación prematura de la vida de un animal, en forma no dolorosa, con el objeto de evitar el sufrimiento por dolor, inquietud y pena causados por una enfermedad terminal o lesión incurable.
¿Cómo y quién la realiza la eutanasia?
Es un acto que sólo puede ser llevado a cabo por un médico veterinario y consiste en la aplicación por vía endovenosa de un anestésico a dosis mayores a las normalmente usadas de forma que el animal se duerma, pierda la conciencia, se relaje y no sienta dolor antes de morir. La muerte se produce en breves instantes por la acción del propio anestésico a nivel de los centros neurales que controlan el ritmo respiratorio y cardíaco. La única molestia que siente el animal es el pinchazo de la aguja al penetrar la piel.
¿Dónde se realiza?
La eutanasia puede realizarse en el consultorio veterinario o en su casa. Personalmente, y dentro de lo posible, creo que es mejor para el animal morir en su casa, rodeado de un ambiente familiar y conocido.
¿Cuándo es el momento de realizar la eutanasia?
En algunos casos, el estado de una mascota puede ser tal que la eutanasia sea la única opción aceptable. Pero en muchos otros casos en los que el deterioro se produce paulatinamente, en forma casi imperceptible, es muy difícil tomar una decisión:
¿Terminar con su vida? ¿O seguir intentando paliar su dolor? ¿Estaremos haciendo todo lo posible? ¿Estaremos tomando la decisión correcta?
Todas éstas son preguntas que han pasado por la mente y el corazón de aquellos dueños que se han visto enfrentados con una situación angustiosa como ésta. El sufrimiento de una mascota querida provoca sufrimiento y dolor en la familia. Intentamos ser fuertes, pero no sabemos qué hacer…
Para facilitar la toma de una decisión, en un sentido o el otro, Ud. debería saber:
- Qué le pasa a su mascota y si está sufriendo dolor.
- Qué posibilidades hay de recuperación, cuáles son los tratamientos paliativos y/o todas las demás alternativas posibles.
- Si se decide por un tratamiento paliativo, debe conocer qué calidad de vida tendrá y por cuánto tiempo.
- Qué cuidados especiales requerirá.
Su veterinario podrá responder a estas preguntas, y seguramente podrá asesorarlo en cuanto a qué camino seguir, pero recuerde que la decisión final es suya. Ud. tiene toda la libertad de pedir una consulta con otro profesional, si así lo cree conveniente.
¿Y si decidimos que es mejor esperar la muerte natural?
Tal vez esta sea la opción que requiere más valor. La familia debe saber que, cuando ya no es posible prolongar la vida y no hay posibilidades de curación, es el momento de prepararse para la partida de nuestro compañero.
Su veterinario de cabecera debería apoyarlo en su decisión evitando, dentro de lo posible para la ciencia, el sufrimiento del paciente. Esto incluye las visitas innecesarias a especialistas, estudios y tratamientos superfluos que solamente generan más dolor y angustia tanto al animal como a sus dueños. Debemos brindarles la máxima comodidad a nuestro alcance. Cada animal es distinto: si buscan nuestra compañía, no los dejemos solos; si la rehuyen, respetemos su dignidad y su necesidad de tranquilidad. En los últimos momentos (horas, días o meses) de la vida, es cuando ellos necesitan más de nuestro amor y de nuestro respeto por el proceso natural por el que van a pasar.
Tómese su tiempo. Háblelo y decídalo en familia. Lo importante es que Ud. esté absolutamente seguro de que está brindándole a su mascota lo mejor que la ciencia y tecnología a su alcance pueden ofrecer. Y que durante los largos o cortos años que disfrutó de su compañía su mascota recibió todo el amor que se merecía.
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